El testimonio de Adrián Masis (Costa Rica)


Un mensaje a los jóvenes que buscan una oportunidad


Comencé con Omnilife a los 23 años. Salí de la Universidad tras estudiar administración de empresas, ¡y con toda la ilusión! porque la familia te enseña que la profesión es el éxito.

Salí de la universidad y me encontré con un mercado costarricense muy saturado, con más de 35.000 profesionales desocupados tan solo en San José. Salí en el 95 y no conseguí ni siquiera una entrevista.

Comencé a buscar mi propio negocio y lo único que me daba era lavar carros a domicilio con un amigo. Y a eso me dediqué un año. Por carro cobraba unos 10 dólares y de esto me quedaban 200 dólares al mes de ganancia, lo que, naturalmente, no me alcanzaba para nada.

Yo venía de una familia de clase media. La casa hipotecada de mis padres, mi papá sin empleo, y cuando empecé a buscar otras opciones descubrí la oportunidad de Omnilife, a través de Inés, una compañera de facultad, quien me presentó el proyecto en su casa.

En 10 minutos de que ella me habló, por dentro sentí: “esto es”, y no me podía dar el lujo de no creer. Tomé la oportunidad. Lo primero que yo sentí fue una ilusión de pensar que, a través de esto, podría salir adelante. Y comencé a acudir a los diversos eventos y entrenamientos para aprender. Sabía que no sabía, pero quería saber.

Un amigo me dijo: “Derecha derecha, izquierda izquierda” Me dijo “A ese camino yo ya lo pasé y hay cosas que van a parecer ilógicas pero tú simplemente hazlas”. Y empecé a obedecer. El primer año obedecí mucho a los que ya llevaban un camino. Sabía que si tomaba la experiencia de alguien que ya había hecho un camino, yo también podría llegar ahí.

Pepe Vergara nos dijo en una reunión que, muchos de los que ahí estábamos, no íbamos a tomar la oportunidad, pero que, quienes si lo hiciéramos, a los 5 años nos iba a cambiar la vida. Y yo dije, yo quiero ser de ese grupo al que le va a cambiar su vida.


Algunos consejos de Adrián Masis

  • Aprender de los propios errores.
  • Algo muy importante es usar el producto. Jorge dice que, si uno no tiene credibilidad respecto de lo que tiene en sus manos, entonces no va a poder transmitirla. Y eso fue lo que hice, tener credibilidad en lo que iba a distribuir. Eso fue lo básico y de ahí empecé hacer lo necesario.
  • Para mi lo necesario es ir a todas las juntas, entrenamientos, Rally, Extravaganzas. Ya no me doy el lujo de pensar ¿voy o no voy? Sino ¿Cuánta gente llevo conmigo? Esto ha sido muy importante, porque mi gente sale con la misma línea de entrenamiento que yo. Permite avanzar con más fuerza y rapidez.
  • Otra cosa importantísima para mi es la constancia. Si hay algo que tengo claro es que, aquí en Omnilife, hay que hacer a diario lo que hay que hacer. Hay distribuidores que arrancan y luego paran para volver a comenzar más tarde y eso es más difícil.
  • También considero importante en el trabajo la Actitud. Y no la actitud de ser aquel Superman súper positivo las 24 horas al día. Sino la actitud de… seguir a pesar de todo lo que uno traiga por dentro.
  • Mas allá de que uno tenga o no información, debe tener el deseo ardiente de salir adelante. Aquel que tenga un deseo ardiente, a las herramientas las va a usar. Muchos de los que se duermen es porque no han definido lo que quieren lograr, ni cuales son sus sueños, ni cual es su intención. Pero cuando uno tiene ese latido interno de querer cambiar, lo logra.

Mi mensaje a los jóvenes es que piensen como quieren estar a los 30 años. Eso es lo principal. Deben visualizar donde quieren estar en los próximos 10 años. Y tener claro que, lo que yo siembro hoy, lo cosecho luego. Nunca olviden que, caminos iguales, destinos iguales. Si sigo haciendo lo que los demás hacen, voy a llegar al mismo lugar.

Y ahí se ve la diferencia con los líderes. El 5% de la población son los líderes, la gente de empuje, de arrastre, la que se arriesga, y consecuentemente son los que tienen lo que todo el mundo quiere tener.